Tragedias cotidianas (II)

HECHOS CONSUMADOS

Cuando por fin logras decidirte por el sabor que probarás primero, tus bolas de helado yacen derretidas en el fondo del plato, metáfora mística, testigo de las consecuencias de tus actos.

-"Muerte dulce", suelta el gracioso de turno.

Matar humanosss......

Hay fines de semana que se permanecen en el ambiente como el puro que mi vecino del quinto siempre fuma al bajar en ascensor.

El pasado carnaval fue uno de esos fines de semana. Sabes que ha sido especial porque de repente eres consciente de que te encuentras en el miércoles, te ves reflejado en un escaparate de una tienda informática y observas cómo aún no te has podido quitar la estúpida sonrisa de la cara, ni siquiera cuando una legión de elefantes parecían estar bailando reggaeton en tu cabeza el día siguiente a los actos.
La noche de carnaval es siempre la mejor del año. Mejor incluso que la de Nochevieja. La gente está muy dispuesta (aparentemente, claro) a pasárselo bien, y cualquier excusa es buena para bromear con alguien o el consabido "loquesetercie". Gran culpa en todo esto siempre reside en el disfraz. Este año, fiel a una promesa que me hice a mí mismo el año pasado, me curré el difraz de Bender y un amigo el de Dr. Zoiberg (si no sabes de quiénes hablo, seguramente eres una de esas personas que ha puesto en el Google las palabras "reggaeton+dispuesta+loquesetercie" y has llegado hasta aquí..).
En fin, todo este rollo era en realidad un pretexto para poder meter la foto que os muestro a continuación... ah! sólo una cosa más:
Kiss my shiny metal ass!!

Miau...

No te fíes de las gatas. Las gatas, con su tacto suave y sus ojos hipnóticos pueden hacer que olvides que estás en medio de un bar sobresaturado de gente, disfrazado de Bender y en un estado de embriaguez acuciante. Tienen incluso el poder de hacerte escuchar su delicioso ronroneo a pesar de la muchedumbre ruidosa.

Se acercarán a tí, te harán sentir el robot más especial del mundo, ¡qué digo... del universo conocido! Es posible que incluso te permitan acariciarlas y no sabrás si les gusta más a ellas o a tí mismo... Te planteas entonces si por primera vez estarías dispuesto a cambiar en tu escala de valores el puesto de honor que ocupa masticar la piel crujiente del pollo frito por algo igualmente prohibitivo y más placentero. Pero justo en ese momento, las gatas desaparecerán. Así son las gatas, se arriman cuando les apetece, se alejan cuando se cansan. ¿Independientes? ¡y una mierda! lo que son es unas cabronas!!!! porque para dejar a un robot -asexual por definición- con el rabo entre las piernas (literalmente)..... hace falta ser un poco cabrona... o qué? Poseso.

Erase and rewind

Supongo que hay pocos días en tu vida en los que puedes recordar con todo lujo de detalles lo que hacías exactamente diez años atrás. Es por ello que hoy es un día especial.
Hace diez años aprobaba in extremis mi examen para obtener el permiso de conducción B1 justo antes de encaminarme hacia la que considero mi mayor aventura: mi estancia en Inglaterra.

De acuerdo que en los tiempos en que "Erasmus" empieza a ser una palabra gastada, y los términos "low cost" y "euro" restan misticismo al hecho de viajar por Europa, parece un poco pueril seguir pensando en aquel viaje como algo excitante. Sin embargo, el viajar con una beca de 70.000 "delasantiguaspesetas" al mes, sin ayuda económica paterna, con un inglés bastante justito y con la responsabilidad de redactar el primer proyecto fin de carrera basado en un estudio de investigación del que jamás había oído hablar, tendrán que reconocer que tiene cierto riesgo.

Quizás por ello, cada vez que necesito recordarme a mí mismo los buenos momentos -últimamente demasiado a menudo- echo la vista atrás para mirar a los que fueron seis de los mejores meses de mi vida.
Cheers, mates!